Tercer día en Torres del Paine

Llegamos al tercer día en Torres del Paine, sería una jornada muy diferente al resto. Estábamos exhaustos por los dos días anteriores y no podíamos evitar sentir preocupación de lo que está por venir.

vistas desde la tienda

La noche transcurría lentamente. Un fuerte viento golpeaba la tienda y el frío traspasaba al interior. Me encontraba en el costado donde el viento impactaba continuamente y apenas pude dormir. Al día siguiente revisamos la tienda, nada parecía faltar pero una varilla se había curvado como consecuencia del vendaval. Sufríamos por la tienda y la queríamos trasladar pero el viento y la lluvia no daban tregua. No coordinamos bien la maniobra y la operación provocó algunos momentos de tensión. En el nuevo emplazamiento el viento era de menor intensidad pero no cesaba, observamos como hacían nuestros vecinos e instalamos una barrera de piedras en todo el perímetro para reducir la entrada de aire. Así sumamos una experiencia más en nuestra particular batalla contra los elementos.

camping paine grande

Más tarde fuimos a recepción a pagar la noche anterior y tratar de extender un día más. No pusieron inconveniente alguno. En este camping nos dieron una etiqueta que debíamos colocar en lugar visible pues de vez en cuando hacen una ronda para controlar las tiendas instaladas. Ese día conocimos a Nicolás Amaro, un fotógrafo chileno que estaba haciendo un recorrido más largo, el circuito “O”. Su instagram nicolas.amaro es de visita obligada para aquellos que nos apasiona observar la naturaleza en su estado más puro.

fotógrafo nicolás amaro

Pasamos un rato agradable con Nicolás tomando unas copas en un bar con hermosa vista que hay sobre el refugio Paine Grande. Al rato nos sorprendió un hermoso arcoíris de casi 180º

arcoíris

Llovió bastante ese día y pasamos la mayor parte del tiempo a cubierto. En los ratos que pudimos estar al aire libre llegamos a ver una enorme liebre y un zorrillo que pudimos observar desde bastante cerca.

zorro durmiendo

Al final del día nos sentíamos más relajados y animados a seguir adelante con la aventura. Fuimos a dormir temprano pues al día siguiente nos esperaba una larga etapa!

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Sin billete de vuelta